Texto preparado por la Cofradía de Nuestra Señora de Guadalupe del Vaquero de la ciudad de Cáceres.
La actual Cofradía de Nuestra Señora de Guadalupe del Vaquero, ubicada en la ciudad de Cáceres, es heredera de la fundada el 13 de noviembre de 1917 para dar culto a la Imagen de la Virgen de Guadalupe del Vaquero y fomentar la ermita del mismo nombre.
Tras una larga vida, se encontraba en una etapa de languidecimiento y después de la Novena de la Virgen en septiembre de 2015, comenzaron las gestiones para intentar paliar esta situación. Se contactó con diferentes personas afines a la parroquia de Santiago y fue el 14 de febrero de 2016 cuando un grupo de personas, animados por el párroco de Santiago el Mayor, se lanzan a la aventura y deciden retomar el proyecto y darle un nuevo impulso, comenzando con la actualización y adaptación de la situación canónica de dicha Cofradía al nuevo Estatuto Marco para Hermandades y Cofradías aprobado por el Obispado de Coria – Cáceres en 2012. En el año 2019 se aprobaron definitivamente los Estatutos de la Cofradía por el entonces Obispo de la Diócesis, D. Francisco Cerro Chaves.
Fines y funciones litúrgicas de la Cofradía
Los fines principales de la Cofradía actual son muy parecidos a los de la primera, de la que es heredera, como ya hemos comentado. Se centran fundamentalmente en el culto a la Virgen María en su advocación de Nuestra Señora de Guadalupe del Vaquero y el fomento y mantenimiento de la Ermita que nos ocupa, donde tiene actualmente su Sede Canónica. Para ello, las actividades se van a centrar principalmente en dos grupos diferenciados, como son las religiosas y las culturales, sin olvidar nunca las caritativas. Con respecto a las religiosas, la actividad principal va a ser la Novena que anualmente se dedica a la Imagen de la Virgen de Guadalupe del Vaquero, que comienza el 30 de agosto y se prolonga hasta el 7 de septiembre, siendo el día 8, Fiesta de la Natividad de la Virgen, la Función Principal de la Cofradía.
Desde que se decide dar un nuevo impulso a la Cofradía, el programa de la Novena pretende ser un compendio de celebraciones centradas todas en la Virgen y en el que podemos encontrar el rezo del Santo Rosario, el ejercicio propio de la Novena, la Eucaristía a la que se intenta invitar a diferentes predicadores, un Rosario público por las calles el 6 de Septiembre, Fiesta Litúrgica de la Virgen de Guadalupe, cuando la bendita Imagen es trasladada hacia la Parroquia de Santiago; Besamano el día 7 y la Procesión Triunfal de regreso a la Ermita el propio día 8 de Septiembre. A todos estos actos cultuales se acompaña la venta de dulces típicos y artesanos el 6 de septiembre una vez que el rezo del Santo Rosario ha concluido, un concierto de música sacra mariana el día 7 de septiembre interpretado por diferentes corales de la ciudad y todo rodeado con ese carácter festivo y popular, propio de estas fiestas y que se fomentan, por ejemplo, con el canto de la Misa popular extremeña los días 6, 7 y 8 de septiembre también con diferentes coros de Cáceres y provincia.
Durante el resto del año, también se organizan otras celebraciones religiosas en la Ermita, como son la Misa por el día de la Hispanidad el 12 de octubre. Igualmente, todos los sábados por la tarde se celebra la Misa dominical y también la víspera de los días más importantes del calendario litúrgico de la Iglesia.
Vinculación con la parroquia, sede canónica de la Cofradía
Pero no sólo se centra la Cofradía en los actos religiosos que tengan relación más directamente con la ermita, sino que intenta estar presente en la vida parroquial a la cual pertenece, Santiago el Mayor, actos y cultos de otras Cofradías (como la recepción de la Cofradía del Amparo el Martes Santo a su paso por la calle Caleros o a la Santísima Virgen de la Montaña en su procesión de bajada a la ciudad, fiestas principales de otras Cofradías o sus respectivas procesiones) y la propiamente diocesana, como por ejemplo asistiendo a la Procesión del Corpus Christi con el estandarte.
Precisamente y muy relacionado con toda esta parte cultural, la Cofradía, junto con la parroquia de Santiago (propietaria material de la misma), están inmersos en un proyecto común para poder rescatar y restaurar dicho edificio puesto que se encuentra muy afectado por graves problemas de humedad.
Ermita centenaria
La ermita se trata de un edificio con una larga historia en la que se guarda uno de los tesoros más importantes de la devoción a la Virgen de Guadalupe, pues se trata del origen de todo al ser, según la tradición, el solar donde se levantaba la casa de Gil Cordero, el que comienza el culto a la Reina de la Hispanidad.
El 2 de enero de 1612: el Ayuntamiento acuerda adquirir por compra o permuta la casa en que vivió Gil Cordero en la calle Caleros para levantar un humilladero. Hay que decir que también fue una iniciativa popular puesto que el 6 de enero de 1612, un grupo de personas presentan al Corregidor un escrito donde muestran su interés por el apremio del proyecto porque en esa casa vivía una mujer de “mala vida”.
En 1628 se inician las obras según trazas del maestro de arquitectura y vecino de Garrovillas, Alonso Hernández. 16 años de retraso por falta de recursos. En 1646 la obra se paró, pero en estos años se intenta continuar con dificultades. No será hasta 1660, cuando don Juan de Carvajal y Sande, presidente del Real Consejo de Hacienda por especial devoción a la Virgen de Guadalupe, asume el coste de las obras. El 22 de septiembre de 1665 el licenciado Alonso Gómez de Berrocal concertó el retablo mayor de la ermita con el maestro de escultura y entallador Juan Bravo Cantero, natural de Brozas. En verano de 1667 fue terminado el retablo y se mandó pintar al artista cacereño Francisco Mendo Montejo, también procedente de Brozas y muy unido a la obra de Bravo. En el retablo se representarán santos y santas muy de la devoción del Cáceres de mediados del siglo XVII. En el banco, escenas alusivas a las letanías del Rosario, historia de la propia Virgen de Guadalupe y santos de especial devoción mariana, como San Ildefonso.
El 1 de mayo de 1668 todos los trabajos habían concluido y la ermita se bendijo el 11 de diciembre de 1668 por el cura de Santiago don Jerónimo Rubio. Previamente, el 8 de septiembre la Virgen bajó en procesión desde la Parroquia de Santiago.
La ermita se trata de un edificio de una sola nave con cúpula central de media naranja en el centro. Anterior y posterior a la misma se cubre con un tramo de bóveda de medio cañón adornada con molduras. Igualmente interesante es el Camarín que posee la ermita y las escaleras de acceso al mismo, construidos ambos con posterioridad a la bendición de la ermita, en el siglo XVIII. El edificio posee sacristía y conserva la casa del ermitaño encargado del mantenimiento del culto, actualmente para uso de almacenaje.
Talla que data del siglo XVII
Con respecto a la Imagen de la Virgen, se trata de una talla de cuerpo entero, realizada en madera policromada, del s. XVII. Fue adquirida en unos talleres de Madrid por D. Juan de Carvajal y Sande, el mismo que impulsa las obras de la ermita, y adaptada para la advocación de Guadalupe puesto que no es una réplica de la talla románica original, sino quese trata de una Imagen que se presenta de pie y con un vestido tallado liso de color rosa. Tiene el pelo tallado y las manos adaptadas para sostener el cetro y al Niño. Posee un ajuar importante con mantos de brocados y sedas, algunos de gran antigüedad y calidad. Además, tres juegos de coronas, cetro y rostrillo, destacando entre todos ellos la corona de salida, una pieza de plata, de estilo barroco clasicista, del siglo XVII, compuesta por canasto cincelado e imperiales de gran altura igualmente cincelados y lo característico es que se encuentra labrada por las dos caras. Destacan también el rostrillo y cetro, del mismo metal, siendo éste último restaurado recientemente en Sevilla por el Taller de Orfebrería Andaluza, S.L. Manuel de los Ríos e Hijos.
La iconografía actual de la Virgen no es la que al uso solemos tener de Guadalupe de la Puebla, puesto que guarda más bien la tipología original de las Imágenes de los cuadros y grabados del siglo XVIII en su manera de vestir, además de conservar la media luna a sus pies, de la que carece la original románica actualmente, hecho que nos trae a la memoria las pinturas y grabados que de la Virgen se conservan en el Real Monasterio o repartidos por los diferentes lugares del mundo en donde se le da culto a esta secular advocación extremeña de patrimonio mundial. Igualmente, por la presencia de los dos ángeles a los lados sosteniendo la luna. Puede ser una de las iconografías más genuinas de la Virgen de Guadalupe que se han conservado.
Actualmente, la ermita se ha cerrado al culto por su mal estado de conservación. Estamos con el proyecto de restauración que ha aprobado la Junta de Extremadura y que esperamos pronto se pueda llevar a cabo por fases. La Virgen por eso actualmente recibe culto en la Parroquia, en Santiago.