Etapa tercera

Tema del día. «HACED LO QUE ÉL OS DIGA». EL ENCUENTRO CON JESÚS

¿Qué tal peregrinos? ¡Cómo va cambiando el paisaje! Estamos en los pueblos extremeños de la archidiócesis de Toledo. Preciosas dehesas extremeñas salpicadas de encinas y alcornoques, enebros, castaños y olivos. Muy pronto vislumbraremos Guadalupe. ¡Levanta el corazón!

Y el caminar nos va haciendo profundizar. Es como la lluvia, que gota a gota y poco a poco va empapando el suelo y lo va haciendo fecundo para dar frutos, frutos de alegría que nos dan vida. ¡Cuántas veces en esta época hemos caminado a Guadalupe bajo la lluvia! ¡Uf! ¡Qué duros y gratos recuerdos! Momentos difíciles que, sin embargo, al mirar hacia atrás nos llenan de gozo, porque cuanto más difícil era el camino, más se multiplicaba la alegría al llegar al santuario de nuestra Madre. Así también nos pasa en el camino de la vida; y es que la peregrinación es un reflejo de la vida y del camino interior, una verdadera escuela de vida.

Pero no solo estas experiencias humanas son una enseñanza. Mucho más, en este camino sentimos la presencia de la Virgen, Madre y Maestra que nos enseña y educa en la vida interior. Lo fue en Caná y lo es en nuestra vida. Allí percibió la necesidad de los novios y el apuro de los sirvientes que no sabían qué hacer. Y Ella se adelantó: “Haced lo que Él os diga” (Jn 2, 5). Y el curso de aquella bella historia que amenazaba ruina, cambió. Así es en nuestra vida. Ella está siempre atenta a nuestras necesidades. Ella vela por nosotros y está junto a nosotros para mostrarnos el sendero que debemos seguir: el sendero y el Camino, que es su Hijo. Ella siempre nos lleva a Jesús. Quizá ahora comprendamos mejor ese aforismo tradicional que han predicado y vivido los santos: “A Jesús por María”, “Ad Iesum per Mariam”. ¡Qué bello es seguir las enseñanzas de la Virgen Madre y Maestra de nuestro corazón! Con Ella todo es distinto, con Ella todo es mejor. Ella hace fácil lo que parece imposible, hace el camino más corto, más sencillo, más libre de peligros, más lleno del consuelo que solo una Madre puede dar. Y así, con Ella encontramos más fácilmente el camino hacia Jesucristo. Con Ella entramos en el misterio del Corazón de su Hijo, en sus misterios de amor. Cuanto más cerca de la Virgen, más cerca de Dios.

Todo esto nos hace pensar en la peregrinación como una “escuela de vida cristiana”:

– La peregrinación tiene una dimensión escatológica: nos recuerda que el hombre es “homo viator”, hombre en camino que a través de las alegrías y sufrimientos de la vida, entre las luces y las sombras de este destierro que vivimos en la fe, se va acercando al Cielo, la casa del Padre.

– La peregrinación es un camino de conversión que nos recuerda la necesidad que tenemos de abandonar los ídolos y volvernos al Dios de la Luz y del Amor.

– La peregrinación es un camino de oración, un camino de encuentro con Cristo Peregrino que nos acompaña como acompañó a los dos discípulos de Emaús para explicarnos las Escrituras y la historia de nuestra vida. Su Historia ilumina nuestra historia, su Vida es clave para entender el misterio de nuestra propia vida.

– La peregrinación es escuela de comunión, porque en ella no caminamos solos. Jesús camina con nosotros y con nuestros hermanos. Él nos ha dado hermanos que nos ayudan a vivir la fe en el amor. ¡Camina toda la Iglesia peregrina!

La peregrinación es un camino de alegría que nos lleva a un encuentro cada vez más profundo con Dios. Como los israelitas también nosotros podemos ir cantando: “¡Qué alegría cuando me dijeron: Vamos a la casa del Señor! Ya están pisando nuestros pies tus umbrales, Jerusalén” (Sal 122, 1-2).

 

Itinerario físico. NAVATRASIERRA.

 

ORACIÓN DEL DÍA

 

CATEQUESIS DEL DÍA. DIMENSIONES DE LA PEREGRINACIÓN

Dimensión escatológica: «Toda peregrinación es «camino hacia el santuario», es momento y parábola del camino hacia el Reino; la peregrinación ayuda a tomar conciencia de la perspectiva escatológica en la que se mueve el cristiano, homo viator: entre la oscuridad de la fe y la sed de la visión, entre el tiempo angosto y la aspiración a la vida sin fin, entre la fatiga del camino y la esperanza del reposo, entre el llanto del destierro y el anhelo del gozo de la patria, entre el afán de la actividad y el deseo de la contemplación serena».

Dimensión penitencial: «La peregrinación es «camino de conversión»: al caminar hacia el santuario, el peregrino realiza un recorrido que va desde la toma de conciencia de su propio pecado y de los lazos que le atan a las cosas pasajeras e inútiles, hasta la consecución de la libertad interior y la comprensión del sentido profundo de la vida».

Dimensión festiva: “El gozo de la peregrinación cristiana es prolongación de la alegría del peregrino piadoso de Israel: «Qué alegría cuando me dijeron: Vamos a la casa del Señor» (Sal 122,1); es alivio por la ruptura de la monotonía diaria, desde la perspectiva de algo diverso; es aligeramiento del peso de la vida que para muchos, sobre todo para los pobres, es un fardo pesado; es ocasión para expresar la fraternidad cristiana, para dar lugar a momentos de convivencia y de amistad, para mostrar la espontaneidad, que con frecuencia está reprimida».

Dimensión cultual: «La peregrinación es esencialmente un acto de culto: el peregrino camina hacia el santuario para ir al encuentro con Dios, para estar en su presencia tributándole el culto de su adoración y para abrirle su corazón».

Dimensión de comunión: «El peregrino que acude al santuario está en comunión de fe y de caridad, no sólo con los compañeros con quienes realiza el «santo viaje» (cf. Sal 84,6), sino con el mismo Señor, que camina con él, como caminó al lado de los discípulos de Emaús (cf. Lc 24,13-35); con su comunidad de origen -ej: la parroquia-, y a través de ella, con la Iglesia que habita en el cielo y peregrina en la tierra; con los fieles que, a lo largo de los siglos, han rezado en el santuario; con la naturaleza que rodea el santuario, cuya belleza admira y que siente movido a respetar; con la humanidad, cuyo sufrimiento y esperanza aparecen en el santuario de diversas maneras, y cuyo ingenio y arte han dejado en él numerosas huellas».

 

PERSONAJE DEL DÍA.

SANTA TERESA DE JESÚS.

Nace en Ávila el 28 de marzo de 1515, en la casa señorial de Don Alonso Sánchez de Cepeda y Doña Beatriz Dávila de Ahumada. Es bautizada el 4 de abril del mismo año.

Desde muy pequeña manifestó interés por las vidas de los santos y las gestas de caballería. A los 6 años llegó a iniciar una fuga con su hermano Rodrigo para convertirse en mártir en tierra de moros, pero fue frustrada por su tío que los descubre.

Su madre muere en 1528 contando ella 13 años, y pide entonces a la Virgen que la adopte hija suya. Sin embargo, sigue siendo “… enemiguísima de ser monja,” (Vida 2,8).

Aunque a medida que se hace mayor, la vocación religiosa se le va planteando como una alternativa, aunque en lucha con el atractivo del mundo. Una amiga suya ingresa en La Encarnación. Con ella mantendrá largas conversaciones que la llevan al convencimiento de su vocación, ingresando en ese Monasterio, con la oposición de su padre, en 1535.

La vida conventual era entonces muy relajada con cerca de 200 monjas en el monasterio y gran libertad para salir y recibir visitantes. Teresa tenía un gran descontento con este régimen tan abierto

En la cuaresma del año 1554, contando ella 39 años y 19 como religiosa llora ante un Cristo llagado pidiéndole fuerzas para no ofenderle. Desde este momento su oración mental se llena de visiones y estados sobrenaturales, aunque alternados siempre con periodos de sequedad.

Aunque recibe muchas visiones y experiencias místicas elevadas, es una visión muy viva y terrible del infierno la que le produce el anhelo de querer vivir su entrega religiosa con todo su rigor y perfección, llevándola a la reforma del Carmelo.

Comienza aquí una intensa actividad de Santa Teresa que sólo termina con su muerte, en la que compaginará el gobierno de la orden, con las fundaciones de nuevos conventos y la redacción de sus libros, sin perder nunca el buen ánimo ni la esperanza, en la confianza de que no era su voluntad lo que estaba cumpliendo y que le llegarían los apoyos que necesitara, como así fue en todo momento. Fundó en total 17 conventos.

Regresando de la fundación de Burgos, hace parada en Medina del Campo, pero es requerida en Alba de Tormes por la Duquesa de Alba. Está enferma y agotada. Muere en brazos de Ana de San Bartolomé la noche del 4 de octubre al 15 de octubre de 1582 (y esto por coincidir con el cambio del calendario Juliano al Gregoriano).

Toda su vida es fiel reflejo de lo que avisaba a sus monjas: que las gracias recibidas en la oración son para darnos fuerza en servir a los demás. Aunque Teresa es conocida por lo elevado de las gracias místicas y visiones que recibe, su oración no la aparta del mundo, sino que hace que se entregue con especial fuerza y respaldo a las obras que le son encomendadas sufriendo en viajes, discusiones y continuas trabas, burlas y desplantes de sus contemporáneos.

Fue beatificada por Pablo V en 1614, canonizada por Gregorio XV en 1622, y nombrada doctora de la Iglesia Universal por Pablo VI en 1970.

TERESA DE JESÚS EN GUADALUPE

La presencia de la Santa en el Santuario de Guadalupe, queda confirmada por diversos testimonios.

María Ocampo, que en 1562 profesaría la regla carmelitana en San José de Ávila y fue biógrafa de la reformadora del Carmelo, escribe en el año 1548: ”Siendo (yo) de edad de cinco o seis años, estando en la Puebla de Montalbán, donde me criaba, en casa de un tío mío, acertó a pasar nuestra santa Madre por allí, que venía de una romería de Nuestra Señora de Guadalupe y posó en casa que era su primo”.

También el biógrafo de la santa abulense, Efrén de la Madre de Dios, nos refiere su presencia en el Santuario de la Reina de la Hispanidad.

Teresa -tal vez acompañada por su hermana Juana- partió de Ávila e hizo el camino, hasta Guadalupe. Religiosa anónima entonces, Teresa debió permanecer en Guadalupe los tres días que el generoso monasterio daba de comer gratis a todos los romeros pobres. El motivo de su peregrinación fue rezar a la milagrosa Señora por sus siete hermanos enrolados en la aventura de las Indias y encomendarle la reforma del Carmelo.

————————

Su confianza en el Señor quedo plasmada en bellos poemas que ella compuso. Baste de ejemplo éste, hecho canción.

 

 

ENIGMA DE GUADALUPE «ENTRANCE ROOM»

Aquí tienes las pistas de esta 3ª etapa

 

Comparte