Bienvenida y saludo del Arzobispo de Toledo, D. Francisco Cerro Chaves
Presentación del itinerario físico
ITINERARIO ESPIRITUAL.
“INVITADOS A LA BODA”
Queridos peregrinos… ¡Nos vamos de peregrinación! Quizá no sabes muy bien cómo ni por qué, pero… ¡aquí estás llegando virtualmente a Puente del Arzobispo para comenzar una aventura interior! Estás con otros muchos hermanos para peregrinar juntos. Vamos a comenzar a caminar hacia Guadalupe.
¿Guadalupe? Sí, Guadalupe. Quizá para ti decir Guadalupe es algo nuevo. Pero para otros muchos es evocar recuerdos de tantas y tantas veces en las que muchos jóvenes hemos peregrinado a la casa de nuestra Madre, la Reina de la Hispanidad. ¡Guadalupe! ¡Cuántos tesoros se esconden en esta casa de la Virgen entre las preciosas serranías de las Villuercas! ¡Qué lugar tan cargado de la memoria de los siglos y de la santidad de muchos hermanos! ¡Cuántas historias de vidas humildes se esconden tras sus muros! Son las historias de vidas que quedaron en el recuerdo de los libros u olvidadas para los hombres, pero todas escondidas en el Corazón de una Madre que vela porque todos sus hijos lleguen a la Casa del Cielo. Son las historias que configuraron la historia de nuestra patria y la de un Imperio que unió dos continentes, dos mundos… ¡Guadalupe es la Reina de la Hispanidad! Así es, fue Pío XI, durante el reinado de Alfonso XIII, cuando por medio del Cardenal Primado de España concedió la coronación pontificia a la Virgen de Guadalupe con ese título.
A este precioso monasterio llegaron reyes y personajes ilustres, santos y penitentes y tantas y tantas personas de sencilla condición. Incluso nuestro tan querido y recordado san Juan Pablo II. Muchos iban buscando alguna gracia especial, otros buscando la purificación y el pago por sus pecados. Otros, para dar gracias. Y hoy, nosotros también comenzamos un camino. Hemos sido llamados a dejar por unos días nuestras casas para llegar a los pies de Nuestra Madre. Pero… ¿Por qué ir a Guadalupe? ¿Tienes alguna petición? ¿Quieres dar gracias? ¿Añoras su presencia? ¿O simplemente quieres alguna experiencia nueva?
Mira, más allá de lo que tú puedas pensar o desear, el Señor quiere regalarte algo grande en estos días. Él quiere obrar algo en tu corazón. Como ocurrió aquel día en una boda en Caná de Galilea, hoy también quiere transformar algo en tu vida. Puede que tú vengas buscando alegrías humanas, como las de algunos invitados de aquel banquete de bodas, pero Él quiere ofrecerte una gracia mayor. Así que… ¡vamos de boda! “Hemos sido invitados a una boda”. A esta boda a la que vamos hay un sitio para nosotros, para cada uno, para todos. ¡Tú también has sido invitado a esta boda!
En el Evangelio escuchamos por medio de una parábola de Jesús que Dios Padre nos ha invitado a todos al banquete de bodas de su Hijo. Todos… son todos… Ricos y pobres, sanos y enfermos,… lo único importante es responder “sí” a esta invitación. No importa cómo estés ahora, no importa que no estés muy bien preparado, lo importante es que sí quieras ir. Y es que lo que al Señor sí le importa es que acudas a su llamada libremente. Él no quiere esclavos, Él quiere hijos, quiere amigos. ¿Qué no estás preparado? ¿Qué no es tu mejor momento espiritual? ¿Qué no tienes un traje de fiesta? No te preocupes. De eso ya se encargará el Señor… y su Madre, porque hoy, como en Caná, también aquí está la Virgen.
Sin embargo, a pesar del empeño del Padre por invitar a todos a la boda, muchos todavía no han respondido. Incluso muchos se han excusado… Pero el Padre no se ha cansado de enviar a sus servidores a llamar a más invitados por todos los caminos. ¡Todavía queda sitio! La Virgen quiere preparar el vestido de cada hijo para la fiesta. ¿Cuál es esa boda? ¿Cómo será ese vestido? ¿Dónde lo conseguiré? Todo a su tiempo.
Pues, ¡vamos de boda! Pero para llegar a esta boda es preciso caminar. Vamos a peregrinar. Necesitamos dejar nuestras cosas, nuestras preocupaciones, nuestros proyectos,… y comenzar un camino. Claro, al comenzar este ejercicio es cuando te das cuenta dónde tienes puesto el corazón… ¿Dónde buscas la felicidad? ¿Dónde tienes puesto el corazón? ¿Cuál es el ideal que mueve tu vida? Por eso haremos un camino físico, que este año será virtual, y un camino interior. Será un camino de liberación y sanación con la esperanza de recibir un gran regalo en el banquete del Rey, que también tiene un ideal en su Corazón, el ideal de conquistar a todos para llevarlos al banquete eterno de su boda. ¡Buen camino! ¡A Guadalupe!
PERSONAJE DEL DÍA
GUADALUPE. HOGAR DE MARÍA, CASA DE SANACIÓN
El santuario y monasterio de Guadalupe, con sus más de siete siglos de fe, devoción mariana y cultura, ha sido uno de los destinos preferidos de un buen número de peregrinos, viajeros, visitantes, turistas e ilustres personajes de la historia de España desde el siglo XIV y hasta la actualidad.
Desde que fundase la Puebla y monasterio, Alfonso XI, la práctica totalidad de los reyes de Castilla tenían por tradición acudir a este lugar, la cual también se extendió a la casa de Austria y se perdió, entre los siglos XVIII y XIX con la llegada de los Borbones, siendo recuperada la misma por Alfonso XIII. Pero, sin duda alguna, la mayor vinculación real, por el número de veces que vinieron hasta Guadalupe y por su apego, fue precisamente la de los Reyes Católicos.
Miguel de Cervantes, tras su liberación del cautiverio de Argel quiso acercarse a este santo lugar para ofrecer a la Virgen las cadenas del cautiverio. Lo hizo en el año 1580, época en la que la basílica contaba con un espacio reservado para los grilletes de liberados.
Miguel de Unamuno llega a Guadalupe en junio de 1908, publicando tres años más tarde los recuerdos del viaje en su libro Por Tierras de España y Portugal.
También hay documentación que acredita que también estuvieron en Guadalupe Iñigo López de Mendoza, (Marqués de Santillana), Luis de Góngora, Félix Lope de Vega Carpio, Vicente Barrantes Moreno, Antonio Reyes Huertas, Rafael Alberti, José María Pemán y muchos otros.
Pero, sobre todo, no faltaron almas que, entregadas al cumplimiento de la voluntad de Dios, alcanzaron la santidad.
Santos como Vicente Ferrer que peregrinó al monasterio a finales del siglo XIV. Santa Beatriz de Silva, y los tres juanes: San Juan de Ávila, San Juan de Dios y San Juan de Ribera, pasaron por el santuario allá por el siglo XV. También Santa Teresa de Jesús peregrinó al santuario en 1548 para encomendar su reforma del Carmelo a la Morenita de Las Villuercas. En el mismo siglo, San Francisco de Borja y San Pedro de Alcántara. Ya en 1867, San Antonio María Claret estuvo dos días en Guadalupe.
No podemos olvidar a uno de los últimos peregrinos ilustres a este santuario, el Papa Juan Pablo II, que se postró a los pies de la Reina de la Hispanidad en Guadalupe el día 4 de noviembre de 1982.
Él mismo que, tuvo a la Virgen como fuerte pilar de su vida y se sintió acompañado y protegido por su maternal cuidado, nos señala a María como modelo de santidad para la Iglesia: “Así pues, la Iglesia contempla a María. No sólo se fija en el don maravilloso de su plenitud de gracia, sino que también se esfuerza por imitar la perfección que en ella es fruto de la plena adhesión al mandato de Cristo: «Sed, pues, perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial» (Mt 5, 48). María es la toda santa. Representa para la comunidad de los creyentes el modelo de la santidad auténtica, que se realiza en la unión con Cristo. La vida terrena de la Madre de Dios se caracteriza por una perfecta sintonía con la persona de su Hijo y por una entrega total a la obra redentora que Él realizó”.
Esta Peregrinación virtual hasta Guadalupe, debe ser un estímulo para iniciar un itinerario interior que nos lleve hasta la meta de la santidad. Todo un reto, una magnifica aventura que, nos llevará al encuentro con Cristo y con María, que obrarán en nosotros el milagro de un corazón nuevo, de una vida nueva, como bellamente nos señalan nuestro Arzobispo y los obispos de las demás diócesis extremeñas en su Carta pastoral con motivo del Año Jubilar Guadalupense: “Queridos amigos: pongámonos en marcha; dejemos que la medicina de la gracia que nos trae el Espíritu Santo cure tantas cicatrices que todavía arrastramos; acudamos a la Santísima Virgen, la Enfermera celestial que aplicará en todas ellas el bálsamo de la misericordia prescrito por el Médico divino de nuestras almas, Jesucristo vivo y resucitado. No temamos dejar que las heridas del corazón, producidas a causa de nuestros pecados, expulsen el pus que nos gangrena el corazón y lo pone a punto de infarto; dejemos que el Señor nos dé «un corazón nuevo y un espíritu nuevo» (cfr. Ez 36,26).
En el camino, como en la vida, siempre habrá ríos caudalosos que cruzar. En el año 1389, el Arzobispo Toledano, Don Pedro Tenorio mandó construir un puente de piedra sobre el río Tajo para facilitar el paso de los peregrinos que se dirigían a Guadalupe (origen de la Villa de El Puente del Arzobispo). La imagen del puente es imagen perfecta del papel de la Virgen en nuestras vidas: Por María a Jesús. Ella es puente de oro que nos lleva a Dios.
ORACIÓN DEL DÍA
ENIGMA DE GUADALUPE “ENTRANCE ROOM”
Querido amigo:
Te puede resultar extraño el nombre de nuestro juego “ENTRANCE ROOM”.
En nuestros días que están tan de moda los ESCAPE ROOM, llegamos nosotros y le cambiamos el nombre.
Tiene un sentido: nosotros no queremos escapar de ningún sitio, sino que tenemos un destino. Queremos llegar a algún lugar con esta peregrinación, por eso ENTRANCE ROOM.
Si nunca te has enfrentado a un juego de este estilo, te doy varios consejos:
- Ten la mente abierta: todo lo que leas y veas puede contener una pista oculta que te haga resolver uno de los enigmas que te vamos a plantear.
- No deseches nada: cada día podrás conseguir alguna pista que tengas que usar los días posteriores, por tanto, haz pantallazos y guárdalo todo, porque este juego tiene un fin.
Y el fin es CONOCER Y PROFUNDIZAR EN NUESTRA HISTORIA. Y sí, digo NUESTRA, aunque estés haciendo esta peregrinación desde el último rincón del mundo.
- Puedes utilizar cualquier dispositivo electrónico para realizar el juego.
- Nuestro narrador es un personaje inigualable que, no sólo nos va a contar muchas cosas, sino que, a través de sus palabras, nos va a dar un testimonio de vida increíble.
¿Te vienes con nosotros para realizar este fantástico viaje?
¡Feliz camino!